EPISTOLA SEGUNDA
APRENDIENDO A SER PRESIDENTE.
Lo primero que noté al ver el discurso desde el Ateneo, -inolvidable por la célebre proclama prometiendo renunciar a la presidencia si en determinado tiempo continuaban niños desamparados- fue el cambio de vestuario; se comienza a notar la asesoría externa (léase: terceras personas) en las maneras de un presidente: imagen, lenguaje corporal, lenguaje subliminal, gestualización, etc. Todo lo anterior era apenas el comienzo del performance que lo llevaría a liderar no solo un país, sino las esperanzas de millones de venezolanos que se veían reflejados e identificados en un presidente que -por primera vez- les hablaba en su mismo idioma, con sus mismas maneras y comportamiento; como diría el Musiú Lacavalerié "otro mas de la familia".
Todo lo anterior, aunado a su gran inteligencia y sentido de la oportunidad, combinado con un excelente manejo de los medios de comunicación en beneficio propio, comenzó a llamar la atención de los medios internacionales.
Particularmente recuerdo el uso del bolígrafo como elemento de distracción en las ruedas de prensa con los medios -tanto nacionales e internacionales- específicamente cuando alguna interrogante embarazosa no tenía respuesta fácil, el simular que anotaba algo en un papel antes de dar la respuesta, le daba a usted esos segundos valiosos de estructurar una respuesta, que por lo general comenzaba con algún comentario banal y así evitar cualquier percepción de "debilidad". Solo y únicamente "fortalezas" de imagen y percepción podían ser permitidas.
Recuerdo también cuando usted comenzó a salir al exterior, tuvo la brillante idea de copiar ademanes -nada mas y nada menos- de Bill Clinton, presidente y zurdo como usted. Aquel famoso ademan de Clinton en extender su mano izquierda y señalar cualquier cosa mientras saludaba al presidente anfitrión, fue copiado por usted -fríamente calculado- para lograr la percepción subliminal de ser un personaje importante.
Este pequeño detalle -entre muchos otros que no comentaremos para no alargar- fueron parte de la impronta que comenzaría a dejar en el país y fuera de el.
Todos estos detalles ganaron mi admiración por la persona, mas nunca tuve la duda que su verdadera intención era llevarnos camino al COMUNISMO.
Por aquellos años, tuve la oportunidad de leer un artículo de la revista SELECCIONES del Readers Digest, titulada CUBA: UN AÑO DESPUÉS, firmado por la fotógrafa y reportera Dickey Chapelle, quien estuvo en la Sierra Maestra -acompañando a los guerrilleros-unos meses antes de la toma del poder por Fidel Castro, tiempo durante el cual, ella tuvo la oportunidad de compartir de cerca vivencias y experiencias desde el epicentro de los acontecimientos.
Pasado un año de aquella experiencia, regresa ella a Cuba y logra visualizar los cambios drásticos en el comportamiento y decisiones políticas del líder Castro. Resumiendo, si uno lee el citado artículo y le tachan u obvian el nombre del país (Cuba) y del personaje (Castro), cualquier venezolano que lo leyera en aquel momento -cuando yo lo hice (2001-2002), pudiera intuir que la situación y personajes presentados, se referían a Venezuela. En ese momento pude prever claramente, que usted estaba conformando el escenario local para copiar la experiencia cubana posterior a la Revolución del 59 en la Venezuela del 2000.
De la misma manera pude intuir que usted comenzaba a transitar un camino difícil, -yo pensaba que utópico- pensando que copiar el modelo cubano en Venezuela era impensable, sobre todo tomando en cuenta las características disímiles de ambas naciones.
Hoy día, me parece mentira que usted esté a solo un paso de lograrlo, lo cual me causa cualquier otra cosa menos admiración, ya que el país se destruye en pedazos frente a todos, sin que "nadie" haga algo para evitarlo.
Por eso el objeto de estas Epístolas a Chavez, no para evitarlo, pero si para dejar por sentado mi visión particular y compartirla con usted, sobre el modelo de país que nuestra circunstancia de país petrolero nos impone, no siendo precisamente el socialismo y mucho menos el comunismo que sabe usted bien que es el próximo paso.
Simplemente quiero aportar mi "granito de arena" como venezolano que ama su país y está convencido que al igual que la Cuarta República no era la solución para el país, mucho menos lo es la Quinta.